Bueno, yo creo firmemente que el traje para boda en jardín no existe, lo mismo que el traje para boda en la playa, existen el sueño, la ilusión y la esperanza de encontrar a la pareja ideal, el deseo natural y la inclinación de las personas de ser felices, sea con traje blanco, arena, ivory ó el color que sea. He visto la angustia en la cara de la mamá del novio por no encontrar el color exacto de la corbata de su marido que combine con su vestido..., ¿cómo es que llegamos a preocuparnos por esas cosas? no lo sé del todo, pero es algo que comencé a notar desde que estaba con mi papá en su taller de sastrería en calidad de aprendiz idiota y más tarde como ayudante incompetente, sí, ahí fue donde descubrí que la vanidad es uno de los más poderosos móviles y debilidades de las personas y es gracias a ello que desdeñando cualquier carencia profesional ó personal puedo decir que mientras haya bodas en la playa, bodas en el jardín ó bodas donde sea no tendré de qué preocuparme si tengo algún trajecito claro ó ivory para vestir al novio elegante.
Esta semana hicimos dos conjuntitos de chaleco y plastrón para acompañar los correspondientes trajecitos de un par de gemelitos de algunos meses de edad, para que se den una idea, los bebés no se podían aún tener en pie por sí mismos, ¡al rato van a querer sacarlos así de la maternidad!.
Una semana antes tambien habíamos hecho un chalequito con corbata más, de un pequeño de mas ó menos un año, también para que fuera a juego con su tío que se casaba, ¡perfecto! de forma que ya saben, en Sastrería Rubén tenemos el traje que el novio busca y si no, se lo hacemos a la medida, lo mismo que los de papás, amigos y padrinos, eso sí con sus correspondientes accesorios para que todo el cortejo vaya igual que el novio.
Ahora, si estoy equivocado y los trajes para jardín ó playa existen, pues seguramente que serán algunos de los que tengo por aquí en renta, hasta luego... ;)
