El otro día llegó por mi taller un novio que se casa a mediados de Febrero, preguntando que si ahí podíamos hacerle un traje para su boda , lo cual no tiene nada de raro pues cada vez más personas nos contactan buscándonos para eso, solo que en este caso la particularidad es que el traje que me solicita es de estilo vaquero y la talla es ¡46 de cintura y 54 de pecho!. Es claro que necesitaba nuestros servicios ya que por donde lo veamos no es un caso común y muy difícilmente iba a encontrar un traje con ésas características ya hecho. Muy bien, dije, después de todo en el aparador del local dice con grandes letras "TRAJES TALLAS EXTRA PARA CABALLERO".
Es el momento de sacar la experiencia de tantos años vistiendo galanes, pensé, y viendo la ilusión en la mirada de la novia que lo acompañaba -¿habría sido la mía su última esperanza por el rumbo?- pusimos manos a la obra, lo primero fue ver que es lo que traían en mente, afortunadamente ya habían decidido que se trataría de un traje vaquero y nada los haría cambiar de opinión, dado que ese es el estilo que siempre ha exhibido entre sus amigos y familia, -sólo necesitas traerme una foto de lo que necesitas y vamos redondeando el asunto- le dije y así lo hicieron, al siguiente día volvieron nuevamente, esta vez acompañados de ¡la mamá de él! quien por su parte también traía sus ideas para aportar en el asunto, así como algunas dudas como la de si tendríamos en existencia traje formal para el papá del joven, para esa misma ocasión pero que según dijo la señora era ¡aún más grande que el muchacho!, al decir de ella "algo así como 60 de pecho y 54 de cintura" y la medida de cuello de 20 y media pulgadas y treinta y cinco de manga...
Otra vez, tranquilos, mantengamos la calma, después de todo Alguien quiso que en tantos mundos, tanto espacio, tantos siglos, coincidiéramos para ayudarnos y salir adelante cooperando en todo esto. Y afortunadamente mi papá que fue quien me enseñó este lindo oficio de sastrería resultó muy buen maestro, aunque tuvo un alumno medio cabezadura, todavía recuerdo varios "!Rubeeen, yo puedo hacer eso, pero te dejo hacerlo para que aprendas!" y bueno, ahí está el maestro arreglando lo que el discípulo había estropeado.
En fin, volviendo con la mamá, me dirigí a la trastienda y regreso con un par de trajes en las tallas 58 y 60 en colores gris y negro, los coloco sobre la mesa y le propongo revisarlos. Ella toma el saco 58 por los hombros, lo levanta y dice "no, no, se me hace que este no le quedará, lo veo un poco chico", después toma el pantalón del otro traje, lo toma por la pretina y lo extiende, después de observalo un momento dice ¡este es!, entonces el muchacho protestando interviene y argumenta: está muy grande mamá, y ella:no, está bien, sólo le va a quedar un poco ancho de la cadera, vamos a traer a tu papá, este es para él, vas a ver como con un ajuste ahí le quedará bien. Y mientras tanto, la novia muy tranquilita, entretenida viendo las revistas de moda y dejando hacer a los otros dos, afortunadamente al invitarla yo a participar con un ¿y tú no opinas?, solo me regresó una gran sonrisa como diciendo ¿quiere más? y siguió en lo suyo feliz de la vida, estoy seguro que hizo bien manteniendo la distancia en un asunto de medidas en el que quien mejor podía opinar era la futura suegra.
Una vez resuelto que había que llevar al papá para la prueba volvimos a lo del traje del novio, le pregunté por el diseño que adornaría el saco y lo solicitó bordado según una foto que llevaban consigo y había visto en internet y no con las clásicas aplicaciones de piel en pecho y espalda que caracterizan a los trajes vaqueros, entonces le dije que lo consultaría con la persona que hace los bordados para los uniformes de béisbol que confeccionamos y quien ha hecho de eso una especialidad, le prometí tenerle algo para cuando volvieran con el papá a probarse su traje formal, lo cual sería un día de la siguiente semana que ellos me indicarían. Bueno de momento ahí le dejo y a la próxima les platico como vamos.Hasta luego.
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